Botox

El Botox es una toxina botulínica, producida por la bacteria Clostridium Botulinum, la cual produce el botulismo, sin embargo aplicándola en cantidades reducidas en nuestro organismo, tiene efectos positivos en enfermedades neurológicas y en tratamientos estéticos.

Su aplicación es más común en nuestro rostro, sobre todo para eliminar las líneas de expresión más acentuadas en nuestra piel, situadas en el tercio superior de la cara. Según la normativa sanitaria española vigente sólo se permite su uso en la zona de la frente, entrecejo y patas de gallo.

Este tratamiento consiste en la aplicación de la toxina botulínica (el Botox) mediante una infiltración con aguja en el músculo que se desea tratar, que produce su relajación y la inmovilidad del mismo.

Su aplicación es aconsejable para todo tipo de personas que se sitúen entre 25 y 65 años, ya sean hombres o mujeres, excepto mujeres embarazadas o personas con enfermedades severas.

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